Hace hoy 40 años del Oscar a «Volver a empezar» de Garci. Película que, en lo personal, se une irremediablemente al Hotel Asturias, lugar sagrado que nos cobija en nuestras aventuras en Gijón. El Hotel está en la plaza mayor, al lado del ayuntamiento con vistas a la playa. Todo el recinto recuerda un rodaje que sirve de base a una ciudad reconocible en fotos porque, aunque desde los 80 hasta hoy Gijón ha cambiado mucho, su esencia se mantiene constante. Es cosa de las tierras de provincias que mantienen una resistencia al progreso que me parece genial.

La película es interesante pero muy sentimental para mi gusto. Yo es que soy «sentido» y «tremendista», no «sentimental», vocablo éste que me evoca lágrimas de cartón piedra. En fin, pecado menor de un Garci al que le perdonamos absolutamente todo por habernos dejado sus cuatro películas anteriores y un trabajo didáctico en medios que nos abre la visión al séptimo arte. Obras fundamentales para entender la España de nuestra vida: que la transición fue obra de cuatro pijos con problemas sexuales como vemos en el dueto «asignatura pendiente » y «solos en la madrugada «, una crítica despiadada al desarrollismo patrio con la obra de mi vida «las verdes praderas» y un homenaje al cine negro con el «crack».

De «Volver a Empezar» sólo recuerdo la canción, al mejor actor español – Agustín González – y mi Hotel Asturias. Lo cual es más que suficiente legado. Un Hotel, en fin, que es nuestra residencia y volveremos en breve. Por fin tienen, por cierto, una placa a su puerta a pesar de la alcaldesa que tiene de vecina. Enhorabuena a José Luis Garci y gratitud total a las enseñanzas de cine.

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