Ayer fin de enero, en el aniversario del asesinato de Gregorio Ordóñez, se blindó una ley llamada de Amnistía y realizada por una razón meramente política se liberan de cargos a criminales. Desde la secesión al terrorismo, pasando por toda una corrupción cuyas cloacas comparten el Estado con sus supuestos enemigos. Y esto se hace así por el apoyo de 7 votos, 7, que necesita un partido para mantener el poder en el gobierno de España.

La Democracia es un nombre sagrado, pero que se va ensuciando según su apellido. Así está democracia que padecemos es la “Liberal”. Y cómo todo lo que transmite ese apellido con sus variantes, no es más que la ausencia de principios. Liberal, liberalismo, y demás suponen que no hay más principios que la voluntad del individuo que, por encima de todo, dirige su destino por una idea egoísta que es canonizada por un pueblo entre la envidia y la mediocridad. 

Cuando ese individuo hace suficiente fuerza, afecta a la colectividad; no sólo arrasa con todo lo que se supone “permanente “, sino que manipula a una masa que lo verá bien porque les vale pensar que “con los otros estaríamos peor”, así es el nivel moral que gasta una gran parte de España. No es nuevo. Está ley estaba dibujada, no desde ayer, sino desde el año 75, mes de noviembre, día 24 donde se fraguó una primera Amnistía. Claro está, entonces existía la figura jurídica en el ordenamiento jurídico, cosa que ahora, no. 

Desde el 75 hasta aquí esta “forma de hacer las cosas” ha estado presente y la esbozó Podemos con su “más democracia”, se pronuncia en inglés como Lawfare, y nos la traducen como “judicialización de la política “. Porque la primera víctima es la Justicia, que pasa de ser algo fijo a ser sometido por consenso por unos políticos que definen el bien y el mal. Desde luego tienen razón los de “Junts” diciendo que el juez García Castellón lo que tiene que hacer es un partido político, que con los Códigos a este nivel, sean civiles o penales, no se hace nada.

Hemos pasado a horrorizarnos con el aborto, a verlo como un derecho, ya no sabemos quién es un hombre… o no, pues depende de como se perciba el payo, veremos la liberación anunciada de ETA y habrá incluso que agradecer su lucha armada como así nos dicta la memoria democrática. Esto es lo que hay, y lo que se aceptará por una masa cuyos individuos no alcanzan más a pensar “los otros son peores”.

Así están las cosas esta Democracia Liberal tiene el poder de cambiar la mente y mandar a mucha gente al infierno. Allá ellos. Nosotros, los de orden, aguantaremos lo que sea y rezaremos por este pobre pueblo que no da más de sí.

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