Llego media hora pronto a un Olid sede de la Seminci. Con su stand de radio, su amplia cafetería, casi vacía a esta hora, esperan que se llene de fotógrafos y caza autógrafos… Pero eso será más tarde. Apuro un café y a las 10 exactamente, veo llegar a mi personaje entrando desde el final de la barra. Hago fotos de todo el recorrido hasta que llega a mi lado.

Hola Iñaki, ¡hace mucho!

¡6 años!

¿Tanto?

Mucho o poco. Iñaki Arteta, director de cine atípico, le veo físicamente igual que la última vez. Se ve que los calvos puros nos conservamos mejor; o que 6 años, al fin y al cabo no son mucho aunque dan de sí. A ver: un cambio de gobierno, un confinamiento infinito, tres pelis y un libro: «Historia de un vasco». Empecemos por el final: 

¿Cómo te animaste a la aventura del libro?

«Fue un ofrecimiento de la editorial. Habían visto «1980» en la tele y me pidieron que escribiera algo de mi vida. No es exactamente biografía, sino memoria. A mi siempre me ha gustado escribir, en blogs, artículos… «

Es un libro muy interesante, de autobiografía testimonial para jóvenes donde Arteta hace una memoria vital que recorre infancia, juventud y madurez desde un contexto vasco. Libro que cubre todos los aspectos del «problema» en una prosa limpia, sin alardes y brutalmente honesta.

Hace 6 años nos encontramos en otro ambiente político. Ahora Bildu está con mando en el gobierno, lo cual hace 6 años hubiera sido impensable, ¿no?

“Si, más bien inexplicable. Que no sólo no hayan pagado ningún precio, sino que se les haya recompensado, es muy relevante. Y no solo por los que han permitido que estén ahí, sino que es aceptado por una parte de la ciudadanía de una forma normal».

Yo creo que esto es el principio de una deriva peligrosa, Iñaki. De hecho se puede hasta hacer la historia al revés. Ayer, sin ir más lejos entró en vigor una «ley de la memoria» donde se define muy bien quién es el malo y el bueno, hay rojos y azules, se diseña quién son los enemigos, pero oh sorpresa, ETA no sale.

“Bueno, hoy en día hay un interés claro en ni siquiera hablar de ello. O en todo caso hablar de las víctimas pero desde un punto de vista emocional, obviando la colaboración evidente del nacionalismo desde el mismo nacimiento de ETA. Con esto engañan a una ciudadanía que también, es preciso decirlo, se deja engañar. Haciendo ver que se ponen de lado de las víctimas pero a la vez siguen al lado de Bildu con que compiten políticamente. A eso se une una cesión de una política penitenciaria y sus pactos opacos donde se delimita la paulatina salida de los presos. Porque ellos saben con toda seguridad el día que va a salir el último. Y ahí se acabó. Si además la ciudadanía tampoco protesta, no hay ni un escrache a Otegi, ni se penaliza a sus fuerzas políticas… se termina suavizando todo. Y como dices tú, es el mundo al revés.»

En el País vasco las fuerzas «españolas» han desaparecido…

«Si, se sigue votando al PNV y a Bildu. El constitucionalismo ha desaparecido, como si los hubieran matado a todos…es difícil de explicar.»

Dejamos la situación política para centrarnos en tu última película: una revisión del documental «Sin libertad», hecha hace ya 20 años, donde las víctimas del proyecto original son entrevistadas por estudiantes muy jóvenes. Se diseña con un montaje muy fresco y ágil con entrevistas. Lo más relevante y sorprendente, para mí, son los 10 últimos minutos (puesta en común) y los títulos finales de crédito donde se ven imágenes de la selección inicial. A este respecto ¿Cómo hicisteis el casting para elegir a los chavales?  

«Empezamos con un Máster de periodismo del Correo, con chicos de 22 años ya terminada la carrera y aun así con mínima idea de qué es ETA. Pero nos parecían muy mayores, por lo que elegimos perfiles de 18-23… que tampoco sabían nada de ETA. Los otros, los «formados» como te digo, sabían un poquito, pero estos ya… nada. Ni lo han estudiado en el colegio ni en la carrera»

Y en las familias… menos

«Nada, y eso que alguno es de Bilbao. Es un asunto cuya gravedad es evidente. Algo que se ha acabado prácticamente ayer y lleva más de 50 años… Es terrible. En todo caso empezamos a buscar entre maestros, profesores en toda España y elegimos 8 o 10 aspirantes de 19 a 22 años.»

¿Eran conocedores en la primera selección del objetivo del proyecto?

«No, no sabían nada. Se les dijo que iban a hacer “entrevistas grabadas para un documental”. Se les mostró la película “Sin libertad” sin más referencias y, ya sabiendo el tema, se les indicó que tenían que confeccionar entrevistas ellos solos. A cada uno se les dio 3 personas. En total son 15 entrevistas de las que en la película salen 5.»

O sea que tu no has intervenido nada en las entrevistas.

Para nada. Alguno me mandaba un whatsapp pidiendo consejo para las preguntas y yo no decía nada. No quería saber nada. Era parte del juego y no tenía interés alguno en cambiar la entrevista.

¿Conocían al entrevistado antes de la entrevista?

«No. Ni lo conocían de antemano ni habían hablado nunca. Es en el momento de la grabación donde se presentaban. A partir de ahí hacían la entrevista en un plazo aproximado de 2 horas.»

Supongo que habría puestas en común durante el proceso de la película.

«Si, hubo muchas reuniones de las que solo sale en la película al final que te referías antes. El material que se ha quedado fuera  es extenso y se han quedado fuera entrevistas a Sabater, Ruben Mujika, hijos de Ibarrola y Calleja…y es muy interesante. Pero no quería hacer una película de muchas horas. Ya se verá cómo lo sacamos.»

Como te decía, lo que más me ha conmocionado es el casting que aparece en los títulos de crédito final, que demuestra que hay unas generaciones teóricamente formadas y que van a trabajar en los medios de comunicación… no tienen ni idea de la raíz del sistema en donde viven.

«Si, desde luego esos títulos de crédito en el fondo es el principio de la historia»

El problema es doble: la constancia de unas generaciones que no conocen el dolor que ha causado ETA, no tienen herramientas para analizarlo y por último, como consecuencia de lo anterior, se corre el peligro de “sentimentalizar” ese dolor y olvidar las causas.

«Absolutamente, porque es más fácil. No se ve el daño que hace el fanatismo, el daño que se hace más allá de las víctimas, que es a la sociedad vasca y española; no se entiende que ese fanatismo es de corte ideologico nacionalista. Y así sucede que no se aprecia que todos esos nacionalistas que ves en el congreso de los diputados sonriendo entre ellos, sacando cartelitos, son los que están detrás de esto. Y eso es muy importante pues son los herederos ideológicos de los que han causado las muertes.»

Ideología que ha originado una violencia que funciona perfectamente. Porque si algo ha demostrado el Estado en que se ha convertido España, es que si eres capaz de generar violencia y aguantas con la suficiente contundencia, el Estado termina premiandote. ¿Lo ves así?

«Estoy de acuerdo. Y eso es un mensaje muy poco educativo. Porque claro, en esto de la “gestión del dolor emocional” cabe todo. Desde los padres de los presos como víctimas inocentes que no tienen culpa de lo que han hecho sus hijos y claro, también sufren. Y en ese sufrimiento también son iguales. «

Lo cual es un truco

«Evidentemente es un truco que cautiva. El “ya no matan”, vale para que vayan saliendo de las cárceles sin cumplir la pena, se les busque un trabajo y así se evita que no se les exija responsabilidad. La falta de reconocimiento y arrepentimiento explícito es bastante miserable.»

Proceso que no solo es aplicable al nacionalismo. ¿Qué te parece el papel de la izquierda española como cómplice de todo esto?

«Si, claramente. La izquierda permite que el nacionalismo diseñe el final de ETA. Final que, obviamente, fue el que quiso el nacionalismo, es decir “sin vencedores ni vencidos” mientras que lo lógico parece apartar no solo a los que han hecho el terrorismo, sino a la ideologia que lo ha motivado.

Lo del PSOE es más perverso aún porque al fin y al cabo utilizan todo esto para gobernar. El blanqueamiento de un brazo político de un grupo armado para mantenerse en el poder y encima argumentarlo»

¡Con los muertos que tiene el PSOE!

«Si, si, pero eso ya es historia que encima usan como parte de argumento: “oye que a mí también me han matado muchos pero soy tan generoso que voy a ser capaz de admitirlos en la vida pública”

Eso es una dinámica psicológica mala… cuanto menos

«Muy perniciosa, si. Y eso es lo que les llega a los jóvenes: esa visión destilada de una actualidad política que es capaz de admitir a esa gente como si fuera un grupo político normal; con una naturalidad del que se les hagan homenajes…así el joven le parece natural, que no es tan grave y que es una forma normal de funcionamiento de la democracia. La sensación de que ya pasó. Igual con los indultos a Chaves, que no es, en el fondo, tan importante. En fin, todo esto es consecuencia de un deterioro moral, relativismo…»

Pero “relativismo” dirigido desde la ideología

«Claro, claro. Otra cosa es que ETA hubiera sido un grupo de extrema derecha. Aquí entra la ideología para situar las cosas que se pueden hacer y las que no. Lo que se puede hacer con la izquierda y/o con los nacionalismos es una cosa que no se puede hacer con la derecha y, por supuesto, con la extrema derecha. O sea que hay un sesgo ideológico en todo.»

Es el momento de hablar de tu peli «Bajo el silencio». Mosaico del País Vasco post ETA. Para mí el documental es, sino el mejor, el más importante que has hecho. Que ya es decir.  En esta película, el guión es radicalmente tuyo, ¿verdad?

«Si, al contrario con «Sin Libertad» donde yo no he intervenido en la redacción para nada, en «Bajo el silencio», sí. El gran reto del periodista y su gran mérito, es la gestión del «directo». Porque una vez que empiezas la entrevista hay que tener muchos recursos para esquivar las argucias de esta gente»

El trabajo del joven periodista es extraordinario, coincido plenamente. Meterse en el nido de la serpiente para hacer preguntas y aguantar, con paciencia impasible es toda una escuela.

«El concepto que teníamos claro es que hay que repreguntar. Si no te convence, pregunta otra vez. Si no te responde a algo, pregunta ¿por qué?, ¿por qué? las veces que hagan falta. Esto no se ha atrevido a hacerlo ningún periodista de este país.»

Cada entrevista es todo un experimento. Muy esclarecedora, por ejemplo, y al hilo de lo que hablamos antes, es curiosa la de los alumnos de un instituto que, sin saber mucho de lo que ha pasado, hablan de Carrero Blanco.

«Si, lo que les enseñan a los chavales es que ETA acabó con la dictadura porque mataron al sucesor de Franco. Es el Hecho Heroico de ETA, y después… nada, silencio, alguna bomba sin importancia. Carrero es el Hecho Épico del mito de ETA»

Yo vi la película sin montar, como bien sabes. No la he visto montada y me parece mejor así.

«Es interesante y lo entiendo. En la entrevista en bruto se ve un cambio progresivo del entrevistado hacia el becario y va desconfiando, porque ellos parten de que el tío no sabe nada. Hasta que llega un momento que dice … ¡pero qué pasa aquí!.

Todos menos el cura, por cierto. Un sujeto que tiene claro el mensaje, lo tiene interiorizado y lo suelta sin problemas ni conciencia. Se ve que los curas vascos piensan eso, antes y después. Como demuestra el apoyo que recibió de la mayoría de las diócesis vascas junto con el silencio de la conferencia episcopal.

«Si, representa el pensamiento puro nacionalista”

La importancia del documental es que traspasa el momento presente para convertirse en un documento para la posteridad que revela la vergüenza de un país.

«Es una película que desmonta todo el mito de la paz después de ETA. Con la virtud de que no es lo mismo hacer un reportaje con un periodista consolidado, mayor, que con un crío que no conoce a nadie. Que no tiene pasado. Eso es el procedimiento ideal para conseguir información franca cuando el entrevistado piensa que no hay público detrás. No tienen que disimular, ni prepararse. Cuando terminábamos la entrevista, había miembros del equipo que me preguntaban si esta gente se cree lo que dice. ¡Pues claro que se lo cree!, porque ha superado cualquier tipo de razón al tener la ideología por encima de todo.

Y ahí está el mérito de la película, desvelar que tras 1000 muertos, 1000 heridos, 50 años jodiendo el país… no hay nada.»

Una «nada» que funciona perfectamente, porque el discurso que hacen en la película ni es nada, ni se basa en más que en retórica hueca.

Si, la violencia funciona. El nacionalismo funciona como algo casi místico que no hay que tocar. Pero no hay nada de discurso. Mira, en el proceso de financiación de la película me costó muchísimo convencer a ciertas personas cuando oyeron que “nuestro objetivo es entrevistar a etarras para decirnos lo que quisieran”. Muchos se negaron porque no vieron el sentido último que tenía. Entrevistar a alguien con un discurso retórico que ya sabes, exige preguntar la cuestión: “que piensa él de lo que ha hecho”…y hubo gente que no lo vio. Eso supone «ahorcarse con la propia lengua» porque es mas clarificador oirles hablar a ellos que yo me meta a rebatirlo.

Ver que no hay nada detrás que merezca todo lo que han hecho les desmonta. Y encima hacen como que no han hecho nada.  

O sea que la película costó mucho terminarla, por lo que veo.

Si, nos quedamos sin dinero, mucha gente se echó para atrás, un proceso de 2 años. En San Sebastián se rechazó, en fin.

No veo etarras arrepentidos

Estuvimos detrás de muchos etarras que «aparentemente» se habían arrepentido. Son de la «Vía Nanclares», que hace tiempo habían estado en la ETB durante ese escaso medio año de lavado de imagen donde, entre que dicen que se arrepienten y no, terminan sin decir nada. Los llamamos varias veces pero nada.

Incluso pensamos que Txelis, sacerdote en centro de ayuda a menores, que había escrito en una revista cristiana 7 puntos para un buen arrepentimiento, pudiera ser más cercano…pero también nos negó la entrevista. Los Lasarte, Carmen Guisasola, Urrusolo…tampoco. 

Es un mundo bastante opaco

«En el mundo abertzale tienen la consigna de que habla Otegi y no se dan entrevistas ni siquiera los diputados nacionales y los etarras viven en pueblos donde no quieren problemas.»

¿Qué promoción tiene tu trabajo, aparte de la invitación puntual a Valladolid?  

“Bajo el silencio” estuvo en Filmin, que la puso. También la compró TVE, pero nos da la impresión que no la va a poner. En fin, buscamos hacer una serie para una plataforma, pero ya veremos.

Ha pasado una hora y empieza a llegar gente, actores, cámaras. Nos levantamos y vamos hacia la salida donde me cruzo con un actor de “allí”, con 8 apellidos vascos. Le saludo. “A este le hacen más caso que a mí, eh”. Nos reímos. Nos damos un abrazo y quedamos en Madrid, donde este mes de Noviembre, el día 16, se estrena en el Palacio de la Prensa. Vayan a verla. 

«A aquellos que dicen que al terrorismo lo venció la sociedad vasca yo les digo que el terrorismo habría durado quinientos años de haber sido por la sociedad vasca en su conjunto. Hubo valientes, claro, pero en la misma cantidad que en cualquier otra situación extrema: pocos. Siempre hay pocos valientes. El terrorismo terminó porque se les aconsejó cerrar «la empresa» para abrir otra con nombre diferente. Una mano de pintura blanca para seguir vendiendo el mismo producto.»

«Historia de un vasco»

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies