Cayetana Álvarez de Toledo deja de ser portavoz por cese. Decir que nos sorprende sería una broma, pues la sorpresa original es que una mujer así de preparada y con un perfil tan alto, haya estado tanto tiempo en el PP. Patético partido muerto desde un 2011 en el que, con mayoría absoluta que votamos muchos ciudadanos de orden, descubrimos con estupor la farsa que encerraba y que no aceptamos a descubrir antes. En todo caso ya se ha escrito suficiente de la descomposición de esa organización y el elemento excepcional y sorprendente era la presencia de Cayetana. 

No ahorramos adjetivos para alabarla en las intervenciones parlamentarias, entrevistas y en debates electorales donde siempre rayó a una altura superior a sus adversarios y, por supuesto, a sus compañeros de partido. Sorprende que haya durado tanto ahí. Aunque ya lo sospechábamos cuando hace unas semanas y tras el triunfo de Feijoo en Galicia, fuimos testigos del espectáculo lamentable y dantesco del concurso de «los moderados». Cuando fue llegar de Galicia y abrir la «veda de la moderación» y cuál anzuelo jugoso ver a Casado competir «a ver quién es más moderado». Palabra que rima libre con «asintomático», por cierto. El PP ante la debacle de España es tan moderado como asintomático: les da igual porque siguen el ejemplo de Rajoy que consiste en no hacer nada ni enterarse de nada hasta que el país, en su dialéctica regular quede infectado mortalmente por la peste socialista para llegar ellos y rematarlo con excusa de curación. 

Cayetana grita sin moderación alguna las enfermedades de España y exige una cura, pecado inaudito para un cuadro de mandos incapaz de cambio. De nuevo esperar al modelo Rajoy que es hacer como si arreglamos la economía y el resto dejarlo en gangrena. Hasta que vemos que ni con la economía ni con el resto pueden. 

No hay sorpresa alguna hoy con Cayetana, estaba visto. Para este papelón, Casado, debías haber merecido perder las primarias con Soraya, pues siendo de la misma condición, la de Valladolid tenía más poder que tú. Al final, llamarán a Aznar que, aunque sea peor de lo que parece, tenía un proyecto y no era tan moderado.

En fin, Cayetana, lo has hecho fenomenal siempre y tienes mi respeto aunque, qué quieres que te diga: ¿qué hacía una chica como tú en un antro como ese? 

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