“Me alegraré infinito por el triunfo de VOX aún con todos sus defectos. Por mi amiga Paloma, mayormente y porque, aunque sea con un escaño, la repercusión va a ser tan brutal que, por lo menos, removerá el ambiente de ese mito de la derecha hispana”

A pocos días de la conmemoración del 40 aniversario de la Constitución, apenas comenzado el Adviento de Navidad, se rompe el blues del domingo en clave fandanga anunciando un cambio de tendencia desde el profundo sur de la piel de toro. El palé electoral, ese reduccionismo de la democracia, se ha dado la vuelta y la posibilidad de quebrar, o por lo menos desafiar a todo un sistema de poder se hace firme. Poder fosilizado en siglas forjantes de una forma de pensar, actuar, sentir y vivir. Un sistema clientelar extraordinariamente efectivo y que se ha exportado al resto de un estado con sensación de impunidad. El PSOE en España ha sido y es una forma de entender la existencia y que desde Andalucía, pariendo gobernantes y formas de hacer, exporta un producto maquillado desde esa simpatía, gracejo y folklorería varia con la que han secuestrado a una tierra que con vocación de vergel han hecho cloaca.

Para parar eso, nos llega una triple alianza que, desde el mito de la derecha, se ponen a disposición de una supuesta regeneración. Primero resaltar que realmente derecha sólo hay una, que es VOX, al que se llama Ultraderecha coronada con laureles “Ultra” del mismo modo que a los católicos que lo son se les llama Ultracatólicos. Corona de espinas moderna que define para despreciar una verdad.

Junto a ellos está Ciudadanos, como un centro centrismo nacional, oportunista, pactista y pragmático que, entre contradicciones e improvisaciones, se salva por la defensa nacional que, en una lucha de absoluta soledad en Cataluña, ha salido para desarrollarse en el resto del Estado. Finalmente, y aquí está la trampa que puede dar al traste todo el invento, está el PP,  la derecha falsa y travestida que, en doble solapa del PSOE en su coreografía bicéfala, se ha descubierto parte fundamental, no de la democracia, sino del juego de esa farsa a la que llaman “régimen del 78”.

En todo caso se ha abierto una gran oportunidad para Andalucía y por tanto para España. Estas tres fuerzas tienen una gran oportunidad de recuperar la Sicilia española para el Reino de España y el pueblo andaluz. Pero ojito, de esas tres fuerzas, dos ganan y una pierden. Ni vale ni debe valer el espejismo del número de votos de un PP cuyo lider, en condiciones normales hubiera sido obligado a dimitir de forma inmediata por haber logrado el peor resultado de la historia. Sería error mayúsculo levantar como presidente a un cadáver que se desploma contra las cuerdas y que se salva en una campana por acuerdos electorales puntuales. Esperemos, jaja, que el partido esté a la altura, jaja, y tenga generosidad, jaja y amplitud de miras.

Enhorabuena de nuevo, Paloma.

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