“Y termino con las palabras del músico-poeta mexicano Agustín Lara: Madrid, Madrid, Madrid, en México se piensa mucho en ti”

Don Enrique Peña Nieto, presidente de los Estados Unidos de México concluye su intervención así, con los ecos de otro compatriota que glosa a Madrid de la forma más pura: con redundancia triple dejando un halo de nostalgia. México y Madrid, lengua compartida, exilios acogidos, mítica de Buñueles, calles de escritores, restaurantes de mordidas, realismo mágico, todo eso y más…

El presidente viene de visitar esta mañana a nuestro próximo rey emérito – o como sea el tratamiento – que ejerció en su última ocasión como anfitrión, para imponer la Orden de Isabel la Católica. Ahora Ana Botella, alcaldesa de la capital, le acaba de entregar las llaves de la ciudad en el Palacio de Cibeles.Justo en frente nos da la diosa su perfil, engalanada hoy con banderas españolas y mexicanas. Se le ha recibido bajo un sol de bochorno en alfombra azul, calor de desierto, desde el Rolls observado por banda, caballería y policía municipal en firmes.

 

Tras saludar al pleno del ayuntamiento nos recuerda en su discurso, doña Ana, la unión de países desde la lengua, el exilio, la cultura y… la otra Cibeles que se encuentra allá. Un duplicado fraternal y exacto que viene a significar, se me ocurre, la réplica de la estatua de la libertad de París.

Y es que nuestras uniones son así, arte y carácter, españoles de ambos hemisferios que se juntan de vez en cuando como hermanos queridos, reñidos para condecorarse mutuamente y ser bendecidos por la Cibeles, Isabel La Católica  y la Virgen de Guadalupe, mujeres sacras todas que, al final, rigen pueblos que van de machos.

 

Nos queda una semana de México en Madrid, protagonista en ambiente pre-mundialista y republicano, que ha instalado campamento en la Plaza de Colón, naturalmente. En un escenario espectacular que veía yo preparar, por casualidad, el otro día paseando el calor de la noche en plan Macbeth cuando me topé bajo una esfera majestuosa que mostraba videos naturales de aquel país.

 

Hacía mucho que no teníamos una visita de estado en LosMadriles y mañana nos despedimos de Don Enrique en el Pardo con Rajoy. México viene así a despedirse de tantas cosas, así como si nada, sin quererlo. La primera visita de Rajoy y la última de Juan Carlos.El próximo mandatario verá caras nuevas sin duda, no sabemos cuántas pero nos paree una visita crepuscular anticipo de veranos otoñales.

 

No importa, no entremos en nostalgias y acabemos la crónica con un tequila póstumo y cantando en tipo chotis “en México se piensa mucho en ti”, bien está ser pensado para ser querido.

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