En LosMadriles se puede desayunar hasta tres veces en el mismo día. El primer café se hace en casa rápido, directo y apenas se apura se lanza uno a las calles recién estrenadas para degustar en la tasca habitual la segunda cafeína acompañado de porras y de opinión del pueblo. Sin embargo a veces uno puede encontrarse en un sarao donde se sirve un tercer café acompañado de la parafernalia del poder. Casualmente esto sucedió ayer en el Ritz donde se celebraba un evento cansinamente relacionado con el café, con leche claro.

 

El Ritz es una puerta giratoria que lleva a unos halls iluminados por grandes lámparas. En ese ámbito pululan pamelas de ancianas buscando la eterna juventud, millonarios de vacaciones y prohombres de conferencia. Lo de ayer era un desayuno de familia para arropar y consolar a una señorita del clan. Ana, Doña Ana venía a dar explicaciones en español sobre lo que había pasado en la última semana. Ana venía de amarillo y sonriendo con ese estilo Aznar inconfundible.

 

Las salas estaba abarrotadas, tanto las de los chicos de la prensa como la del establishment. En esta última estaban el ayuntamiento en pleno, gerifaltes de su partido y el who´s who de la ciudad encabezado por los presidentes de los dos clubs mas importantes de la corte. Estos dos se fundieron en un abrazo futbolero de mucha pose y palmadita en la espalda que se dan sin pasión y están mas cerca del pésame que la alegría.

 

En el Ritz todo el mundo se vigila y entre los polis de fuera y los del pinganillo dentro lo tienen todo aparentemente controlado sin contar que, increíblemente, no hacen falta acreditaciones para ponerse ahí a tirar fotos. Los reporteros gráficos se dividen en dos clases: los troncos de las cámaras de video y los estilistas de la imagen quieta. Los primeros se aplastan entre ellos cuando aparece una celebridad. Los de las fotos se mueven de forma diferente. Estos aparecen sigilosos cuando todo quisque está ya bostezando en los sillones azules. También se dan de leches antes, claro, entre pasillos minúsculos y gritos, pero el verdadero arte comienza en la tranquilidad de los discursos cuando entre mesa y se van cazan bostezos del personal y gestos conspiratorios.

 

Ayer el protagonismo se lo llevaron dos mujeres mas allá de la supuesta protagonista: Soraya y Esperanza. Entre condenas enérgicas y silencios que gritan las dos chicas despacharon a los cámaras que raudos corrían entre los laberintos del lujo bajo lámparas en espera de la entrada de mas protagonistas.

 

Ana, la estrella según el programa, habló de guión bajo el asentimiento aprobatorio sonriente de los asesores de las primeras mesas. No se salió del texto y la crónica se puede calcar del dossier: Madrid está por encima de todo, ha perdido en una competición donde la regla es que no hay reglas, no sabe lo que son las primarias y habla con su marido diariamente. Ah, y que no se presentan a los nuevos juegos. Ok. Todo esto entre poses con la tacita y chistecitos de café. Bueno.

 

Yo a lo mío, aquí, allí, arriba y abajo de tal forma que entre las prisas me quedé sin desayunar dejando un vacío triste en mi mesa.

 

          ‘No te preocupes’, me dice un veterano, ‘el catering de aquí es cada vez peor’.

 

Deja una respuesta

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies